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jueves, 17 de febrero de 2022

CIENTO CUARENTA

¿Rock o electrónica? ¿Jazz o ambient? ¿Blues o world music? ¿Soundtrack o field recording? ¿Pulso humano o pulso artificial? Acordes de guitarras brutales que quizás ni siquiera hayan sido ejecutados por instrumentos de cuerdas. Instrumentos de viento con estática. Brasses con surface noise, para los entendidos. Loops y samples. Samples y loops. Poca gente, muchos cables, mucha cinta, muchos bits. Sonidos sintéticos, sonidos expansivos. Ensoñación, brutalidad. Sonido exponencial. Hostil, jodido. Mucho sentimiento. Ritmos desgarradores, ensordecedores, hipnóticos. ¿Tribales o esotéricos? ¿Pared de sonido o paredón de fusilamiento?

La Subalterne me proveyó de los primeros tres discos que escuché de este hombre orquesta que no deja de renacer con un nuevo seudónimo cada vez que nos entrega composiciones nuevas, sin embargo, lo esencial de su música siempre está allí. Raymond, de Atom Heart, me dijo un día que todos los discos de Foetus eran iguales. Quizás sea cierto que los elementos sonoros con los que J.G. Thirlwell trabaja siempre sean los mismos. Quizás sea cierto que las obsesiones de este australiano expatriado sean las mismas que aterran a sus fans desde su primer álbum. Quizás sea cierto que a pesar de ser uno de los más originales exponentes de la música industrial haya sido ignorado por la escena del palo por ofrecer un sonido indomable que se escapa, que evade con destreza, las categorizaciones. Quizás sea más fácil decir que es único y que por esa razón haya que dejarlo ser. Te guste o no, más de uno le debe algo a este tipo. Su influencia nos atraviesa. Quizás por esa razón, a pesar de que escuché el primer disco firmado por Foetus en 2003, ciertos periodistas avezados, de anticipación, reconocieron elementos de la música de este muchacho en mi álbum “Voom Voom Va Hell La”, grabado y publicado en 1993 – escasos diez años antes de que conociera la música del australiano. Ahora me van a acusar de practicar magias oscuras y de tener una bola de cristal. ¡Dale!