jueves, 6 de agosto de 2020

CUARENTA Y SEIS

Un compañero de laburo de mi vieja que escuchaba mucha música y que sabía que yo estaba ávido de nuevos sonidos, me recomendó a Lydia Lunch. Él conocía mi predilección por los australianos de Birthday Party y me la presentó como un Nick Cave pero en versión femenina. En ese momento todavía no la había escuchado y no pude hacer más que tomar nota de sus recomendaciones. Hoy, después de haber tenido la posibilidad de conocer muchísimos de los discos de esta mujer endemoniada, le corregiría. En mi opinión, ella es más bien la versión femenina de Satanás. Por más que a los metaleros les pese, esta mina es más pesada que cualquiera de ellos. Es cruda, salvaje, filosa e indomable. No hay más que escuchar a su banda Teenage Jesus and the Jerks en el compilado “Hysterie” para darse cuenta de que ella no toma chocolatada con vainillas.

Otro de aquellos amigos musicales con el que me encontraba religiosamente todos los domingos en el parque Rivadavia, que también conocía de mi pasión por Birthday Party, mientras repasábamos las discografías de los grupos y artistas que seguíamos, me hizo notar que a pesar de haber conseguido el box-set con todos los álbumes de los australianos, me faltaba una pieza para completarla como correspondía. Insisto, en esa época no existía internet y la información se conseguía de boca en boca y muchas veces te llegaba un tanto distorsionada. Sin embargo, a Roberto, yo lo tenía como una fuente de confianza y tomé nota del título “Honeymoon in Red”. Él me dijo que se trataba de una colaboración entre Lydia y los australianos. No se equivocó. Todavía hoy le agradezco que cuando vio un ejemplar en CD de este disco en la disquería Oíd Mortales, lo compró, me llamó por teléfono para contarme lo que me había conseguido y ante mi apasionada respuesta de júbilo no pudo hacer otra cosa que llevármelo a mi casa esa misma tarde. ¡Un fenómeno!  


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