martes, 3 de noviembre de 2020

SETENTA Y CUATRO

Varias veces me han regalado CDs para mi cumpleaños, obvio. Es genial porque gracias a esos presentes he incluido en mi colección títulos que no había pensado en comprar y, finalmente, han provocado efectos muy positivos en mí. Lo inesperado abre puertas y devuelve la sonrisa vinculada a la sorpresa. Me vienen a la memoria un par de discos que me regaló mi amigo Omar. Por las fechas de publicación de estos álbumes, estimo que primero recibí “Evergreen” de Echo & the Bunnymen y al año siguiente “Punishing Kiss” de Ute Lemper. Dos revelaciones, aunque de diferente índole. La alemana, interpretando temas que varios de mis cantautores favoritos por aquel entonces le habían escrito a su medida, me introdujo un poco más en el mundo de Neil Hannon, líder del proyecto The Divine Comedy, invitándome a profundizar mucho más en su discografía pues se trataba de un cantante fabuloso. Con el de los Bunnymen pasó algo distinto. A ellos ya los conocía y los respetaba. En realidad, me fascinaban. Había tenido todos sus álbumes en vinilo hasta el álbum gris y cuando mi bandeja se estropeó, al decidir cambiar de tecnología comprando un CD player, tuve que sacrificar algunos de mis intereses musicales por no disponer de dinero suficiente para reponer todos los títulos que me gustaban en el nuevo formato. Por lo tanto, lo que se produjo al recibir este magnífico regalo fue una especie de reconciliación o de reencuentro con un viejo amor. Cuando vi el disco me estremecí y recordé los temas que más me gustaban de este grupazo. Canciones que, para ese entonces, había escuchado por última vez a principios de los años ´90. Cuando empezaron a sonar los primeros acordes, la emoción fue aún más profunda. En ese momento me quedó más que claro que donde hubo fuego cenizas habían quedado pues no pude hacer otra cosa que salir corriendo a Musimundo para comprar todos y cada uno de sus álbumes anteriores en CD. Discos de los que me he separado solamente en el momento en el que conseguí versiones remasterizadas, con temas adicionales, con una cajita externa tan bonita como difícil de sacar y libritos con fotos que nunca antes había visto. 


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