Mientras tocaba con SU REAL ORDEN, asistí a un curso de grabación y sonido. Ahí pude usar una gran cantidad de equipos que no conocía, lo que contribuyó a que tomara algunas decisiones con respecto a la formación por la que optaría en un futuro nuevo proyecto no muy lejano. Las consolas, los multiefectos, la cinta-abierta, los micrófonos, las salas de grabación me encantaron y me dieron muchas ideas que me han servido desde entonces. Sin embargo, a pesar de que en ese momento no lo valoré, y hasta quizás me reí un poco de lo que estaba viendo, el instrumento que realmente me marcó fue un sequencer. Para practicar, en ese curso, llevábamos grupos y músicos amigos para los que grabábamos y mezclábamos sus canciones. Como éramos varios estudiantes, tuve la posibilidad de ver cómo laburaba gente que no estaba habitualmente en mi entorno, músicos de otros palos. Así fue como conocí a un flaco que apareció solito y con un teclado grandote. Apenas lo vi me pregunté: ¿qué va a hacer este tipo? Claro, yo andaba más con las guitarras filosas, el feedback, y el único teclado que había tenido cerca era un CASIOTONE un poquito más completo que uno de juguete. Al final, el tecladista no tocó casi nada. Ya tenía almacenados todos los arreglos de su canción en el instrumento y en distintas pistas, cada una con el sonido que él le había asignado. ¡Cosa de mandinga! Fue mi primer contacto con ese tipo de instrumento musical y con el MIDI. Aunque no fue de inmediato, cuando pude, me compré uno. Claro, eran aparatos caros y yo acababa de terminar la escuela secundaria, estaba en el C.B.C. y no laburaba. Imposible. No, qué va. Un conocido imprentero bastante atorrante me ofreció una buena cantidad de dinero si lograba vender unas cuantas cajas de libros de contabilidad que había impreso de más. Sí, era algo turbio, pero lo hice. No solo vendí todos los libros que me había dado en un principio, sino que, mientras tanto, imprimió una segunda tirada que también vendí. Resumiendo. Con esa guita compré mi primer sequencer, un ENSONIQ SQ-1, con una disquetera y el pie. Todavía lo uso. Tiene unos sonidos de órgano que me encantan.
jueves, 16 de julio de 2020
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